En el año 1967, Carles, el hijo de Tià y Conxita, empezó sus estudios en la Escola Superior de Belles Arts de Barcelona (Escuela Superior de Bellas Artes), dejando a un lado la restauración. En ese momento tuvo lugar el primer cambio y la familia transformó el antiguo café en Souvenirs Rambla con el estallido del turismo de los años 60. En el establecimiento podíamos encontrar castañuelas, banderillas, quijotes, hinchables, sombreros mexicanos, cerámicas, madera negra, enormes pieles de vaca... Y no podemos olvidarnos del souvenir por excelencia de la época, las postales de flamenca y, ahora ya piezas de colección, las muñecas Marín.