Un viaje al pasado

La rueda de la historia se puso en movimiento en el año 1940. Acabada la guerra, sin la posibilidad de encontrar trabajo en su profesión de barbero, Tià y Conxita decidieron comprar el Café Parisienne, aunque se vieron obligados a cambiarle el nombre, ya que esa denominación resultaba demasiado cosmopolita para la situación política de ese momento. Así, gracias a la idea de Conxita, nació el Café Rambla. En poco tiempo, el establecimiento floreció y atrajo a todo el mundo. Allí se servía la mejor horchata y los helados más deliciosos de toda la ciudad.

Exterior del café con clientela

Interior de la barra con clientes

Señora Conxita cortando helados

En el año 1967, Carles, el hijo de Tià y Conxita, empezó sus estudios en la Escola Superior de Belles Arts de Barcelona (Escuela Superior de Bellas Artes), dejando a un lado la restauración. En ese momento tuvo lugar el primer cambio y la familia transformó el antiguo café en Souvenirs Rambla con el estallido del turismo de los años 60. En el establecimiento podíamos encontrar castañuelas, banderillas, quijotes, hinchables, sombreros mexicanos, cerámicas, madera negra, enormes pieles de vaca... Y no podemos olvidarnos del souvenir por excelencia de la época, las postales de flamenca y, ahora ya piezas de colección, las muñecas Marín.

Exterior de Souvenirs Rambla

Conxita y Tià mostrando las muñecas Marín

La señora Conxita, Carles, Tià y las dependientas de Souvenirs Rambla

En 1971, Bel llegó a Souvenirs Rambla, y fue entonces cuando comenzó a introducir los primeros artículos no solo para turistas; carteras, bisutería, paraguas Guido e Yves Saint Laurent, y cartas de tarot únicas que incluso tenían lista de espera.

La señora Conxita y Bel

Interior de Souvenirs Rambla con las dependientas y su hijo, Irineu

Exterior de Souvenirs Rambla

El siguiente cambio importante en la historia de la Rambla llegó el 15 de diciembre de 1980. Un cambio radical, Bel y Carles tomaron las riendas del negocio y reformaron por completo el espacio. Muy ilusionados y con ideas nuevas, introdujeron la Rambla en el mundo de la moda. Se abrió, entonces, todo un universo de marcas de renombre como Paco Rabanne, Yves Saint Laurent, Christian Dior, Christian Lacroix, entre muchas otras. Figueres y la comarca los acogieron con brazos abiertos. La rueda, por lo tanto, dio una nueva vuelta y, con ella, regresaron los clientes que solían disfrutar de esos deliciosos helados con horchata, sumando así un paso más a la historia del negocio familiar.

Exterior del edificio de Rambla Complements

Interior de la tienda con dependientas

Equipo de Rambla Complements al completo (Conxita, Bel y Rosa)

A medida que el tiempo pasaba y con el espíritu constante de renovación, cambio y evolución de la pareja, en 1997, se encomendó la renovación de la tienda a los arquitectos Misse y Pep, quienes la transformaron en la 'boutique' más moderna y avanzada de la época, la primera tienda completamente de vidrio en la ciudad de Figueres. Fue en ese momento cuando Carles retomó su lado artístico y encontró en los grandes escaparates su espacio ideal para exhibir arte y crear controversia; atrayendo no solo la atención de los clientes sino también de la prensa.

Estamos de reformas

Foto de las obras

Escaparate de la tienda

Interior de la tienda

Interior de la tienda

Periódico Empordà, escaparate "Una Navidad firmada por Carles Illa"

Periódico Empordà, escaparate "Un escaparate de Navidad nostálgico"

Periódico Empordà, escaparate "Por la paz"

Periódico Empordà, escaparate "Consumo y reciclaje"

Periódico Empordà, escaparate "Colgados del circo de la vida"

La última transformación, pero no la definitiva, tuvo lugar el 22 de marzo de 2019. Nuevamente, con la colaboración de Coll Gorgot Arquitectes, el espacio se renovó y nació RAMBLA 29 tal como la conocemos hoy. Una tienda con características distintivas que no nos sorprenderían si la encontráramos en las millas de oro de las grandes ciudades del mundo. RAMBLA 29 y la familia Illa Bochaca acumulan más de 80 años en la Rambla de Figueres. Han sido y son testigos vivos de los cambios que ha experimentado la ciudad y su gente, y con ellos enfrentan los cambios y las crisis. Evolucionan constantemente para ofrecer ahora, más que nunca, productos exclusivos y únicos de alta calidad y fabricación europea que acompañarán a quienes los adquieran a lo largo de sus vidas.

Exterior del edificio

Inauguración de la tienda

Interior de la tienda

Bel y Carles

Plan de recuperación, transformación y resiliencia